El mundo real tal como lo conocemos se torna distinto, cambiante e impreciso. Elementos como la proporción, la perspectiva o la luz se rigen por si mismos, se muestran cómplices de la composición sin someterse plenamente a ella, desmarcándose de ordenes establecidos en busca de una nueva visión, al encuentro de una nueva realidad
La expresión toma forma a través de lo onírico dando rienda suelta a la creatividad. La creación de nuevos parajes, construcciones imposibles o formas que toman vida retorciéndose y respirando en una atmosfera, que ronda entre el surrealismo y la metafísica, establecen la vía de desarrollo conceptual y plástico.